Alba

Samu y yo soñábamos con una boda nuestra, única y que estuviera fuera de los protocolos y convencionalismos que marcan los salones para bodas, lo que no sabíamos es lo difícil que sería poder encajar cada una de las piezas para que todo funcionase, desde la coordinación de los proveedores hasta la decoración de la esquina más recóndita del espacio. Fue una lucha dura que nos desgastó e incluso amargó ciertos momentos del que debería ser un proceso maravilloso, pero nuestra situación dio un giro de 180° en cuanto conocimos a Sandra y Nieves. Es muy difícil poder explicar todo lo que vivimos junto a ellas, es muy difícil poder resumir todo lo que nos pasó junto a ellas durante todo el tiempo infinito que nos dedicaron, es imposible poder transmitiros la calma, profesionalidad y empatía con el que este par de loquitas trabajan y lo cojonudo es que siempre lo hicieron con alegría infinita, arracándonos carcajadas y entendiendo en todo momento lo que Samu y yo somos, lo que nos gusta y queremos. Por millones de motivos, nuestra boda fue un puto reto, desde el principio hasta el final, y no quiero ni imaginarme lo que podría haber sido nuestro gran día sin ellas al cargo. El 18/06/16 nos casamos Samu y yo con las que serán nuestras amigas de por vida, Sandra y Nieves. GRACIAS, chicas, por vuestra profesionalidad, buen gusto, entrega, cariño, amistad, capacidad de trabajo a contrareloj, buen gusto para decorar un plan B imposible… siento que me falten palabras para poder transmitir a toda esta gente lo que Embodadas es.
A todos los futuros novios, solo puedo deciros que si queréis tener VUESTRA boda, y digo VUESTRA en mayúsculas, Embodadas es todo lo que necesitáis.
Alba