Sara

Fran y yo teníamos una cosa clara: nuestra ceremonia tenía que ser especial y para ello buscábamos que la música fuese PERFECTA.

Fuimos a ver un total de 5 bodas para elegir a diferentes músicos y fue en la última en la que el Cuarteto Nonamé nos enamoró por completo. Esa emoción, esas ganas de tocar el instrumento de forma bonita, especial, disfrutando de cada acorde, fue lo que nos hizo decantarnos por ellos y ¡Menudo acierto!

Cada canción fue un espectáculo y un sueño hecho realidad. No sólo destacamos esa gran pasión del equipo, si no también la gran profesionalidad, aconsejándonos en todo momento, buscando la perfección.
Además de la flexibilidad que nos han dado en todo momento, la resolución de los imprevistos con los que han tenido que lidiar y la capacidad de adaptarse a cualquier circunstancia y situación, ya que en nuestro caso, tuvimos que aplazar la boda 2 veces por la pandemia.

Los invitados quedaron alucinados, cada uno nos iba diciendo en qué momento se emocionaba con las canciones y conseguimos ese toque emocional que buscábamos gracias a la música que contratamos.

Sin duda, de corazón, el cuarteto Nonamé ha demostrado estar a la altura de algo inimaginable. ¡Eternamente agradecidos!