Silvia

Tras casi un año desde que me casé en este lugar, a mi mujer y a mi nos sigue dando urticaria y ansiedad pensar en el que tendría que haber sido el mejor día de nuestra vida, según se dice... Voy a empezar por el principio, allá por finales del 2019, nos recibe una tal Lourdes, la cual nos reserva una de las salas grandes de REX NATURA, y el salón grande circular de SIGLO XXI, debido a que vamos atraídos por la carpa de madera MURTA. Como no estaba disponible nos ofrecen estas dos opciones y nos quedamos con la sala grande de REX NATURA, nosotros somos muy fans de las orquestas y era una condición que pudiéramos montar una con su escenario y todo en el interior de la sala, Lourdes muy gentilmente nos dice dice que si se puede y que incluso nos pueden alquilar ellos mismos su propio escenario... Eso y muy buenas formas y buenas promesas, hicieron que firmaramos con ellos... Vino la pandemia, tuvimos que aplazar y fijamos la nueva fecha para noviembre del 2021, al activar de nuevo la boda, la tal Lourdes ya no estaba, ya no trabajaba con ellos, así sin más explicaciones, nos asignan a Asun y Esther, y cuál es nuestra sorpresa que ya no tienen dicho escenario y que la orquesta tenía que ir a ras de suelo, esto estamos hablando a tres días de nuestra boda, tuviendo que alquilar un escenario a correprisas y poniendo pegas de todo tipo... Teníamos marcasitios y cosas que poner a nuestros invitados en las mesas que se negaron a colocarlo, porque el día de antes de nuestra boda que nos enteramos a 7 días de nuestra boda, nos lo comunican que no vamos a poderlo poner nosotros tampoco porque es el open day y que ellos no tienen que poner nada encima de las mesas y que las mesas no estarán montadas hasta horas antes de la comida, porque no teníamos la sala contratada el día anterior, dicho con un despotismo digno de un marqués... Conseguimos que muy amablemente los floristas nos los pusieran en las mesas, cuando no era su trabajo, llega el día de la boda y hay una pelea de un individuo que vino de la boda de al lado con actitud violenta y homófoba hacia mis invitados, no hubo seguridad, seguridad que nos obligaron a contratar y que supuestamente iba a velar por la seguridad del evento, es cierto que llamaron a la policía, pero cuando ya había abierto unas cuantas brechas, no hubo disculpas por parte de la dirección de la sala y ha día de hoy sigue el juicio por este tema, nos causa ansiedad recordar nuestro día, hasta el punto de no poder ver las fotos del banquete... En fin informaros bien de que sean seguridades de verdad y que estén presentes si os obligan a contratarlos, dejaron que ambas bodas se mezclarán y eso no debió ser así... Gracias a Fernanda la jefa de camareros ayudo a mejorar la experiencia intentandonos tranquilizar en todo momento, pero no puedo recomendar este sitio por inflexibles y porque no pudimos dejar de tener la sensación de ser un grano en el culo para ellos por ser una boda aplazada desde el 2020 y que por supuesto nos tuvieron que respetar los precios que nos intentaron cambiar y subir en varios momentos de la elección del menú, imagino que el tipo de clientes que les gusta son los de cartera ilimitada que no ponen pegas a nada y se conforman con lo que le dan.