Raquel

Un éxito, nos acompañaron durante todo el proceso, se respetaron todas las medidas de seguridad y tuvimos una boda de ensueño. Encanto, cercanía y confianza.

Tanto el sitio, como la comida y el servicio fueron de matrícula de honor. Y no solo lo decimos nosotros, los novios, sino nuestros padres, hermanos, familia y amigos que nos acompañaron durante ese día y durante todas las decisiones que tomamos a lo largo de los meses hasta el día de la boda. Nuestros invitados quedaron sorprendidos y enamorados del sitio, con mucho encanto, de su maravillosa ubicación (en nuestro caso nos casamos en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha con lo que sólo era necesario cruzar la calle para ir de la iglesia al lugar de la celebración), de la comida en la que repitieron de todos los platos y no dejaron nada del cocktail, del servicio de camareros personalizado y amable y siempre atentos a cualquier necesidad, de la sonorización y la música con David de Bolaré, del sitio y de todas las posibilidades que te da el equipo de El Puchero de Plata, siempre guiándote desde la experiencia que tienen desde hace muchos años celebrando bodas, y numerosos eventos, pero sobre todo, y aún más importante, desde la confianza y seguridad que transmiten y que plasman en tu día y en el camino hasta él.

Decidimos casarnos en mayo de 2019 y elegimos la Real Fábrica de Tapices porque buscábamos un lugar con encanto en Madrid. ¡No lo conocíamos y fue todo un descubrimiento! Nos encantó desde el primer momento, se trata de un edificio con historia, mucho encanto y bonito en pleno centro de Madrid, con unos patios preciosos y que nos permitirían hacer una boda cómoda y bonita, y con encanto en Madrid; como nosotros queríamos. En cuanto al catering El Puchero de Plata, desde el primer momento Abel y Javier nos trasmitieron confianza y cercanía para asesorarnos, ayudarnos y estar siempre presentes y buscando soluciones a nuestras dudas y preguntas.
Pudimos hacer la prueba de menú con Gonzalo en enero de 2020, que se adaptó a nuestras peticiones y nos ayudó en todo momento. Fue todo un éxito, nos encantó todo y se nos hizo muy complicado elegir, pero finalmente nos decidimos por el milhojas de foie, el solomillo, y la tarta árabe, ¡además de un cocktail maravilloso! El día de la boda estaba todo igual de rico o más. Gonzalo, Javier y Abel se adaptaron a nuestras peticiones, como cuando un año después descubrimos que uno de nosotros era celíaco. No hubo ningún problema y adaptaron incluso la tarta árabe para que la pudiéramos tomar.

Sin embargo, llegó una pandemia que hizo que buscáramos soluciones adaptadas y nuevas fechas a nuestra boda. Desde el primer momento se adaptaron a la situación y nos dieron todas las facilidades del mundo permitiéndonos elegir una nueva fecha: 20 de marzo de 2021. Durante los meses que siguieron nos surgieron mil y una dudas; si mantener la fecha o volver a cambiarla, si celebrarlo con un número muy reducido de personas (unas 20) o mantener el plan inicial con todos nuestros invitados, si podríamos celebrarlo con 40 o con 80 personas ya que las restricciones de movilidad cambiaban día a día, de si las mesas serían de 8, 6 o 4 personas, y así un sinfín de dudas e incertidumbres. El Puchero de Plata respeta minuciosamente las medidas establecidas y las recomendaciones sanitarias. En todo momento Javier, Abel y Gonzalo nos dieron la confianza necesaria para ir decidiendo poco a poco en función de cómo avanzaran las situaciones y decisiones, y sobre todo, dándonos la tranquilidad y confianza que necesitábamos para finalmente darnos cuenta que podíamos y queríamos celebrar nuestra boda con ellos en La Real Fábrica de Tapices en un clima de felicidad, de alegría y de seguridad con todos nuestros invitados respetando todas las medidas de seguridad y aforos necesarios.

Fue un día único, maravilloso y precioso en La Real Fábrica de Tapices, gracias a la confianza, experiencia y buen hacer de todo el equipo de El Puchero de Plata.

De nuevo, muchísimas gracias por todo y un abrazo muy grande - Raquel y Jesús

Un éxito, nos acompañaron durante todo el proceso, se respetaron todas las medidas de seguridad y tuvimos una boda de ensueño. Encanto, cercanía y confianza.

Tanto el sitio, como la comida y el servicio fueron de matrícula de honor. Y no solo lo decimos nosotros, los novios, sino nuestros padres, hermanos, familia y amigos que nos acompañaron durante ese día y durante todas las decisiones que tomamos a lo largo de los meses hasta el día de la boda. Nuestros invitados quedaron sorprendidos y enamorados del sitio, con mucho encanto, de su maravillosa ubicación (en nuestro caso nos casamos en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha con lo que sólo era necesario cruzar la calle para ir de la iglesia al lugar de la celebración), de la comida en la que repitieron de todos los platos y no dejaron nada del cocktail, del servicio de camareros personalizado y amable y siempre atentos a cualquier necesidad, de la sonorización y la música con David de Bolaré, del sitio y de todas las posibilidades que te da el equipo de El Puchero de Plata, siempre guiándote desde la experiencia que tienen desde hace muchos años celebrando bodas, y numerosos eventos, pero sobre todo, y aún más importante, desde la confianza y seguridad que transmiten y que plasman en tu día y en el camino hasta él.

Decidimos casarnos en mayo de 2019 y elegimos la Real Fábrica de Tapices porque buscábamos un lugar con encanto en Madrid. ¡No lo conocíamos y fue todo un descubrimiento! Nos encantó desde el primer momento, se trata de un edificio con historia, mucho encanto y bonito en pleno centro de Madrid, con unos patios preciosos y que nos permitirían hacer una boda cómoda y bonita, y con encanto en Madrid; como nosotros queríamos. En cuanto al catering El Puchero de Plata, desde el primer momento Abel y Javier nos trasmitieron confianza y cercanía para asesorarnos, ayudarnos y estar siempre presentes y buscando soluciones a nuestras dudas y preguntas.
Pudimos hacer la prueba de menú con Gonzalo en enero de 2020, que se adaptó a nuestras peticiones y nos ayudó en todo momento. Fue todo un éxito, nos encantó todo y se nos hizo muy complicado elegir, pero finalmente nos decidimos por el milhojas de foie, el solomillo, y la tarta árabe, ¡además de un cocktail maravilloso! El día de la boda estaba todo igual de rico o más. Gonzalo, Javier y Abel se adaptaron a nuestras peticiones, como cuando un año después descubrimos que uno de nosotros era celíaco. No hubo ningún problema y adaptaron incluso la tarta árabe para que la pudiéramos tomar.

Sin embargo, llegó una pandemia que hizo que buscáramos soluciones adaptadas y nuevas fechas a nuestra boda. Desde el primer momento se adaptaron a la situación y nos dieron todas las facilidades del mundo permitiéndonos elegir una nueva fecha: 20 de marzo de 2021. Durante los meses que siguieron nos surgieron mil y una dudas; si mantener la fecha o volver a cambiarla, si celebrarlo con un número muy reducido de personas (unas 20) o mantener el plan inicial con todos nuestros invitados, si podríamos celebrarlo con 40 o con 80 personas ya que las restricciones de movilidad cambiaban día a día, de si las mesas serían de 8, 6 o 4 personas, y así un sinfín de dudas e incertidumbres. El Puchero de Plata respeta minuciosamente las medidas establecidas y las recomendaciones sanitarias. En todo momento Javier, Abel y Gonzalo nos dieron la confianza necesaria para ir decidiendo poco a poco en función de cómo avanzaran las situaciones y decisiones, y sobre todo, dándonos la tranquilidad y confianza que necesitábamos para finalmente darnos cuenta que podíamos y queríamos celebrar nuestra boda con ellos en La Real Fábrica de Tapices en un clima de felicidad, de alegría y de seguridad con todos nuestros invitados respetando todas las medidas de seguridad y aforos necesarios.

Fue un día único, maravilloso y precioso en La Real Fábrica de Tapices, gracias a la confianza, experiencia y buen hacer de todo el equipo de El Puchero de Plata.

De nuevo, muchísimas gracias por todo y un abrazo muy grande - Raquel y Jesús