marta

Veraneamos todos los años en Sancti Petri y siempre vemos el Meliá y nos parece una pasada. Justo en septiembre nos invitaron a una boda un compañero de mi novio y es una maravilla, justo al lado del mar y con tantos ambientes y detalles en las habitaciones del hotel y en los jardines. La comida ya es otra historia, si se come bien en Cadiz, aquí se come fenomenal y con clase. Lo mejor la fiesta de después junto al mar...Por que me pilla lejos que si no me casaba ahí fijo

Si comer en el restaurante es un privilegio, tener a In Zalacain como catering en una boda es un lujo. ¿Quién no se permite todo en un día tan especial? La verdad es que no sé los novios, que seguro que si aunque mi amiga estaba nerviosa y comió poco, pero los invitados comimos de maravilla.

Si recuerdo un hotel especial en mi vida es sin duda el Hotel Puente Romano, allí conocí al que hoy es mi marido y la verdad es que nos hubiese encantado celebrar allí nuestra boda. El entorno espectacular, con salida a la playa, habitaciones espaciosas y bien decoradas y el trato justo como te lo imaginas al entrar, te hacen sentir mejor que en casa. Quizá podemos celebrar allí la renovación de los votos...

Como todos los Me a los que he ido es un pasada de hotel y no puede estar más en el centro de Madrid. Eso sí, es ideal para parejas que traen invitados de fuera porque así tanto ese día como el de después de la boda pueden conocer el centro de la ciudad. Nos encantó lo moderno que es por dentro, gran contraste co la zona y el exterior y la comida estaba riquísima. Hizo un poco de frió en lo que llaman el Roof, vamos en el ático, pero mereció la pena por las vistas y la decoración.

Me invitó una de mis mejores amigas a su boda y tengo que decir que es justo como me lo imaginaba. Mi amiga es muy exigente y si había decidido casarse allí estaba claro que el lugar debía cumplir sus requisitos. Los jardines son estupendos para el coctail , para la ceremonia ( aunque Bego se casó en una iglesia) y para que los niños jueguen todo lo que quieran y el interior es maravilloso. Cenamos en el salón más grande porque éramos casi 300 invitados y todo salió de lujo. La clase se notó también en el trato. Una boda inolvidable