patriciaxserrano

Siempre nos ha gustado el hotel Wellington por su estilo clásico, su ubicación y por ser un lugar emblemático en Madrid.
Para nuestra sorpresa, al poco de preguntar en recepción Fabiana bajó y nos enseñó todo dedicándonos unos 25 minutos. La verdad es que nos dio una impresión fantástica. A pesar de lo cual, y por recomendación familiar, visitamos otros espacios para tener suficientes elementos de juicio.

Unas semanas después volvimos a ponernos en contacto con el Wellington y hablamos con Beatriz. Nos gustó la oferta cuidadosa y el trabajo bien hecho del equipo, que desde el primer momento le dedicó tiempo y se adaptó al tipo de oferta que buscábamos. En ese sentido valoramos mucho que se elaborase un presupuesto final con todos los gastos incluidos por invitado, os sugerimos que sea algo que se haga de primeras porque resulta muy práctico para los novios que ya bastante lío tienen.

A la hora de presentar vuestra propuesta a nuestros padres, valoramos muy especialmente el papel desempeñado por Atilano durante la visita que hicimos con ellos al hotel. Nos trasmitió la seguridad necesaria para tomar la decisión final, su experiencia como maître se reflejó en su capacidad de adaptación a todas nuestras sugerencias. La facilidad que se nos dió para aportar el jamón y los vinos por nuestra cuenta fue decisivo.
En general el servicio del Wellington es uno de los factores fundamentales que contribuyeron a que nos decantásemos por celebrar la boda allí.

Posteriormente, tras la prueba de menú nos surgieron varias dudas, especialmente en referencia al cóctel y al postre. Concreté rápidamente una cita con Beatriz para resolver todas estas dudas y quedó encantada con el trato recibido y, una vez más, con las facilidades que se nos ofrecieron para diseñar el cóctel a nuestra medida. 

El diseño del protocolo y colocación de los invitados también supuso un quebradero de cabeza, pero la disposición en los distintos salones pensamos que fue finalmente un éxito, según nos han transmitido nuestros invitados. Tanto este aspecto como las numerosas cancelaciones que tuvimos durante las últimas semanas, supusieron un estrés añadido, sin embargo el equipo comercial se mantuvo en contacto con nosotros en todo momento, actuando de manera flexible en la modificación de la factura final hasta donde fue posible.

La llegada a la suite nupcial fue facilitada en todo momento por el equipo comercial en conjunto con el parking, quedando muy agradecidos por la atención recibida. El desayuno en la habitación y  la botella de cava nos pareció todo un detalle. 

Respecto a la celebración de la boda nos han llegado en general felicitaciones y enhorabuenas de parte de todos los invitados.
El cóctel superó notoriamente la sensación general que nos llevamos en la prueba de menú. Los cambios fueron adecuados y muy bien ejecutados, el servicio durante el mismo también estupendo. Fue un acierto hacerlo en el salón Claridge, y la apertura a una parte de la cafetería hall sorprendió a muchos invitados, la combinación de ambos espacios aportó un plus de elegancia.

La organización de la comida fue todo un éxito, de nuevo Atilano nos dió mucha confianza. El servicio bien sincronizado, rápido y cumpliendo tiempos. Si tuviésemos que señalar algo que echamos de menos, sería la posibilidad de que los invitados fumadores hubieran tenido la posibilidad de salir a la terraza, un espacio de mayor intimidad que la calle Velázquez, aunque sabemos que se planteó y por antecentes de otros eventos de consideró que no era posible.

Tanto el baile como la discoteca nos sorprendieron gratamente, que hubiese un espacio habilitado con mesas para que los invitados pudiesen continuar sus conversaciones fue fundamental para que el ambiente fuera perfecto, de los mejores aspectos de la boda y muy apreciado por los invitados. En general todo en la línea del clima de elegancia creado desde el principio. La recena de churros con chocolate fue perfecta, también muy señalado por los invitados como algo muy llamativo en comparación con otras bodas a las que han asistido y en la que cuando se ofrece suele ser con un resultado mediocre.

Agradecimos la limpieza de los baños, los amenities proporcionados por vuestra cuenta y la rápida limpieza de las copas vertidas durante la discoteca, para nosotros era muy importante este punto y se cumplió de forma impecable. Es muy incómodo para los invitados bailar sobre copas vertidas.

Por supuesto valoramos la cortesía de las dos noches en suite y el brunch del domingo.

Desde luego nuestros invitados quedaron contentos y hablarán bien de cómo se celebran las bodas en el Wellington. Nosotros estamos convencidos de que en invierno en Madrid, para novios clásicos, es el mejor sitio para celebrar una boda.

Muchas gracias una vez más a todo el equipo.