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El Pazo es de los mejores de la zona ya no sólo por la belleza del entorno sino que han sabido conservar la antiguo y añadir espacios cómodos y accesibles que casan perfectamente con el pazo. 

Además de que la boda fue espectacular, tanto el catering como la atención de los trabajadores fue inmejorable. Cuidan los detalles y están pendientes no sólo de los novios, sino de todos los invitados, aportando ayuda si es necesaria (por ejemplo, sirviendo personalmente personas con movilidad reducida) como siendo cómplices en sorpresas para los novios.

Un lugar inmejorable. 

La boda fue muy bonita y emotiva, en un lugar con vistas preciosas, eso es innegable. El jardín es muy bonito y el invernadero está decorado con muy buen gusto. 

Pero hay que tener en cuenta que no dispone de acceso para personas con movilidad reducida, teniendo que acceder por una entrada trasera no adaptada a la zona del banquete, y atravesando almacén y cocinas.

Los aperitivos una maravilla, todo muy rico y estupendo. El pulpo de Fuchela, un 10 como siempre. El bogavante a la plancha también estaba perfecto. El problema estuvo en los platos principales del menú de boda.

En primer lugar, en el menú señalan "gambas cocidas y a la plancha", y no sólo no se sirvieron gambas, sino gambones, los cuales no estaban correctamente cocinados. Los cocidos estaban crudos, y los asados mal hechos. Prueba de ello, eran los platos de los comensales llenos de vuelta a la cocina.  Y la lubina, hubo varias raciones que estaban también crudas por dentro, por lo que de nuevo, volvieron a cocina a mediocomer. 

Una firma como Casa Solla que suceda esto en una boda donde los invitados conocemos el producto y sabemos apreciar la calidad y la preparación, es inconcebible. 

Todos tenemos un mal día, no pasa nada, pero empaña el recuerdo de una boda preciosa. Lo demás estaba estupendo como siempre. 

Gracias por leer mi opinión personal y espero que no lo tomen como un agravio, sino como algo a mejorar.