Marina

Si hay un momento importante en la vida de una persona ese es, sin duda, el día de su boda así como los meses anteriores. Y si hay algo importante en ese día es, sin lugar a dudas, el tema de las fotografías; es lo que quedará en el recuerdo de todos tus seres queridos para siempre. Por eso, en un momento de tanto estrés, es un auténtico alivio dar con alguien profesional, que sepa identificar justo lo que quieres, que te entienda, te aconseje y hasta se haga cómplice de tus deseos sin a duras penas tener que expresarlos. Es un día corto, muy corto. Sara nos supo tranquilizar desde el momento en que dimos con ella y de un modo casi mágico, lo supo transmitir en sus fotografías, pudo canalizar toda nuestra felicidad a través de su objetivo sabiendo cómo aconsejarnos, identificando el estilo de fotografía que buscábamos desde el minuto cero. Sólo una profesional puede hacer algo así, crear complicidad, saber que los novios están nerviosos y cómo solventarlo, saber cómo guiar, recomendar y lo que es más importante; saber crear un ambiente propicio para que la magia de ese día quede reflejada para siempre en las fotografías. Nuestra satisfacción es máxima, nunca pudimos imaginar que alguien pudiera retratar lo que queríamos de la manera que Sara lo hizo.