María

TRATO LAMENTABLE. Acudí a Antonella a por un vestido de San Patrick con más de un año de antelación respecto a la fecha de mi boda. En la tienda me dijeron que el vestido que me gustaba se fabricaba en distintos colores y, desde mi primera visita les especifiqué que necesitaba que me confirmaran que las mangas se fabricaban en tul nude con todos los bordados en blanco porque, de otra manera, no estaba interesada en ese vestido. La propia dueña de la tienda me llamó en varias ocasiones entre mi primera visita y mi segunda visita (aún con un márgen de un año) para asegurarme que el vestido se fabricaba de esa manera. Hice dos visitas más antes de decidirme a comprarlo y, en todas ellas, me aseguraron que era posible pedir el vestido de esta forma. Imaginaos cuál fue mi sorpresa cuando, tres meses antes de la boda y con la mitad del vestido ya pagado (es oligatorio pagar parte con antelación puesto que, de otra manera, no te lo piden a fábrica) mi vestido llega con los bordados en color champán oscuro y, al pedir soluciones, en la tienda me dicen que esta es la opción que más se acerca a lo que yo he pedido, que ha debido ser un malentendido y que estoy siendo demasiado detallista porque nadie se fija en esos detalles. Tras alucinar con la falta de profesionalidad de las trabajadoras de este lugar (¿en qué momento es normal decirle a una cliente que está siendo demasiado detallista con su vestido de novia?) y su falta de propuestas para solucionar esta situación, les pido que me tapen los bordados champán con otros en blanco. Me dicen que lo harán y en la siguiente prueba me encuentro con que en lugar de ello, han descosido el vestido para quitarle las capas de tul del cuerpo a ver si así consiguen hacer desaparecer los bordados sin habermelo consultado antes (teniendo en cuenta que el vestido es mío, es lo mínimo) y, por supuesto, sin mencionar que estos arreglos, que se están haciendo como consecuencia de su error, van a subir el precio del vestido. Llega la pueba final (que no te hacen hasta una semana antes de la boda) y me dicen que todos esos arreglos suponen un incremento del precio del vestido y mencionan en reiteradas ocasiones durante toda la prueba que debo abonar la totalidad del vestido para poder llevarmelo de la tienda. Cuando les digo que no estoy de acuerdo con que me quieran cobrar un incremento por unos arreglos que no eran los que acordamos y que han tenido que hacer porque ellas se han equivocado pidiendo mi vestido y que debían haberme consultado si estaba de acuerdo en que se hicieran esos arreglos y haberme dicho el precio antes de hacerlos (al igual que hicimos con otros arreglos que acordamos, en los que me dijeron el importe para que yo lo aceptase) la dueña de la tienda me dice que los arreglos han supuesto mucho trabajo y se marcha, dejando a cargo a una dependienta que me dice que ella no puede hacer nada y sólo repite que tengo que abonar el sobreprecio para llevarme el vestido. Evidentemente juegan a forzar la situación hasta que la fecha de la boda está tan cerca que no te queda otro remedio que pagar lo que ellas consideren para poder llevarte tu vestido. Es cierto que cosen bien y que el vestido quedó como debía haber venido de fábrica si no hubieran metido la pata en un principo pero no merece la pena pasar por la preocupación y el trato que te dan en cada prueba habiendo tanta oferta y tantos lugares donde comprar tu vestido de novia. Os aseguro que si llego a saber cómo iba a ser el proceso no compro mi vestido aquí y que no recomiendo este lugar en absoluto. Si aún así estás pensando en acudir a esta tienda, ten en cuenta que:

- Ningún arreglo está incluido en el precio. Van a cobrarte por cualquier cambio mínimo que quieras hacer sobre el vestido.

- Tienes que tener muchísimo cuidado a la hora de pedir cambios y arreglos. Puede que te digan que es posible hacer algo y luego resulte que no es así.

- Puede que te encuentres con que quieran cobrarte importes que tú no has aceptado y que te lo digan cuando faltan pocos días para tu boda.

- La falta de profesionalidad de las dependientas y el trato con el cliente es verdaderamente lamentable. Si estás buscando un lugar donde elegir tu vestido con calma, sin presión o intromisiones, este no es tu sitio.

El pasado junio asistí como invitada a la boda de un familiar. Conocía Mon Petit Gateau de cumpleaños y eventos anteriores, y había probado varios de sus productos (cupcakes y galletas entre otros). Yo misma le había hecho varios encargos para regalar en ocasiones especiales, por lo que cuando llegó la fecha de la boda no lo dudé y volví a confiarme a ella. Encargué una tarta de boda, de chocolate, pero recubierta de frosty blanco (por aquello de que era una boda). Lo más importante del encargo era que la tarta debía llevar el mismo dibujo que llevaban las invitaciones de boda que la novia (dibujante profesional) había diseñado. Era un dibujo de los novios bastante complicado y Mon Petit Gateau no defraudó. No sólo el dibujo era perfecto sino que además la tarta estaba increíblemente rica. Todos los invitados preguntaron por la tarta y su creadora. MPG es la opción definitiva si quieres presumir de regalo en una boda.