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Un sueño que se va volando, ¡qué lástima!

Vestidos de novias espléndidos, pero ojalá la calidad estuviera a la altura del valor anotado en la etiqueta ...

Hace más de un año recuperé mi vestido de novia “Prunelle” creado por Pronovias en la tintorería, con partes de encaje descoloridos. El encaje de delante pasó de un blanco cremoso a un blanco óptico.

 No cabe duda de que el problema no venía de la tintorería que hizo prueba de una gran profesionalidad. La tintorera limpió el vestido de manera uniforme y no utilizó ningún producto en partes específicas del vestido.

Si el problema hubiera venido de la tintorería, todas las partes del encaje (las de delante pero también las de detrás) hubieran desteñido lo que me deja suponer que todo el encaje utilizado para confeccionar el vestido no venía de una misma pieza sino de varias.

Desde septiembre de 2019, no he dejado de pedir solución mediante la tienda que me vendió el vestido.

Desgraciadamente, tanto el proveedor como Pronovias le prestan poca atención y poco interés a mi solicitud para intentar resolver el problema o proponer una solución.

Llevo más de un año impacientándome, amenazando con compartir mi experiencia, pero nada cambia la situación. 

Por todo ello, queridos lectoras (y quizás lectores), quiero que sepan que esta empresa está lejos de estar a la altura de su reputación.  ¡Qué falta de profesionalismo para una empresa que vende vestidos de tal valor! ¡Qué decepción no poder mantener su vestido en buen estado dado su valor (sentimental, claro, pero también económico)!

Dado este resultado, comprenderán que no recomiendo Pronovias, ni la tienda que me lo vendió Muses en Rouen.