Barbara

Recientemente he asistido como invitada a una boda servida por el catering Echaurren, esta entidad presume y expone en sus tarjetas la distinción de dos estrellas Michelin y asi mismo lo hace constar en sus precios. Soy una persona cocinitas, atenta al detalle, critica y disfruto con la gastronomía, eso si, vegetariana. Así se le hizo constar con antelación a este catering, "hay una invitada que desea un menú vegetariano", no es nada raro. Estos que se hacen llamar profesionales de la restauración, y mas si cabe, galardonados con dos estrellas Michelin, deberían estar creativamente preparados y cualificados para asumir y cumplir con las necesidades de un porcentaje de invitados con dietas especiales como era mi caso.

Nunca en ninguna boda me he sentido igual, ante una falta de respeto tan grande hacia mi persona, he de decir que he asistido a muchas bodas en las que absolutamente siempre el servicio de otros catering (NO con catering Echaurren**) , ha estado a la altura de las circunstancias para ofrecerme un menú vegetariano de calidad igual o superior al que se sirve al resto de los invitados.

El primer plato del menú general se trataba de cigala con una pequeña guarnición de tartar de tomate y dos hojitas de lechuga con cama de ajoblanco, y la alternativa vegetariana no fué otra que simplemente eliminar la cigala del plato, sin ningún tipo de vergüenza me ponen delante el plato semivacío, por no decir vacío, solo con el tartar del tamaño de un dedo meñique y las dos hojitas de lechuga con una inapreciable capa de ajoblanco, llegué a pensar que se trataba de una broma de mal gusto.

El segundo plato del menú general se trataba de paletilla de cordero lechal con guarnición de patatas panadera, ya había mostrado educadamente mi descontento al primer plato esperando que no se repitiera la operación con el segundo porque me parece una tomadura de pelo que este catering considere que cumple su cometido con las personas que requieren de dieta especial simplemente retirando la esencia de un plato y no poniendo nada en su lugar. Pero resultó que la experiencia fue aun peor, porque comenzaron a servir el segundo plato a los invitados, mi mesa fue de las primeras en ser servidas, a todos los comensales menos a mi, entonces todos comenzaron a comer, al poco tiempo de ver que no venia mi plato, reclamé por si se habían olvidado, a lo que me respondieron que yo seria servida una vez que terminen de servir a los 300 invitados que allí había, respiré hondo e intentaba imaginar que al menos traerían algo que mereciera la pena. Cuando los comensales de mi mesa ya habían terminado de comer, me sirven el segundo plato, estupefacta me quedé al ver que se trataba de una pequeña y mediocre menestra de verduras hervidas sin ningún tipo de elaboración ni cariño.

Al menos el postre me quitó el mal sabor de boca, porque este si fue excelente.

He de decir que tengo la experiencia de haber asistido a diversos convites de boda e incluso he organizado el mío propio y nunca, nunca jamás en mi vida de vegetariana ningún catering me habían hecho sentir así, que nunca se me ha faltado el respeto de esta manera a mi y por extensión a los novios que contratan y esperan un servicio y un menú de calidad para todos sus invitados.