Mery

Ha sido una experiencia maravillosa, desde el restaurante, la mesa donde cenamos (el patio andaluz) con vistas a cocina, el servicio y atención del personal y su cocina innovadora, que más bien parece arquitectura llevada a la mesa.

Sabores traídos de todas partes del mundo, colorido y sobre todo cariño en los platos e insuperable fusión y originalidad. Hubo muchos platos del menú mediano que me encantaron.

Las carnes a la brasa son excepcionales, además, te las hacen casi delante de tí, puedes ver al cocinero como lo prepara desde el principio.

Tienen una nevera de frio donde almacenan la carne, y tiene un aspecto espectacular, limpio y bien tratado, así da gusto!

Un pero, por ponerle algo porque nunca nada es perfecto, la temperatura de servicio de el champagne. Ha sido increíble!