Silvia

Pablo creció al lado del Cigarral del Ángel, así que cuando decidimos casarnos y elegimos Toledo (yo soy de Barcelona), lo primero que me dijo es que teníamos que incluirlo como una de nuestras opciones. Así fue, fuimos a visitarlo y… ¡WOW! Nos dejó a ambos con la boca abierta: todos los espacios son espectaculares, súper bien cuidados, con unas vistas a la ciudad impresionantes y con un personal muy profesional gestionándolo.
Visitamos algunos sitios más de Toledo, pero después de haber visto el Cigarral del Ángel, ¡no había otra opción posible! Tuvimos dudas para elegir entre la zona del palacete o la del río, pero finalmente nos decantamos por esta última y estamos súper contentos. Ambas nos parecían muy bonitas, pero la del río nos daba la opción de disfrutar de muchísimos espacios y que los invitados pudieran pasear por todos los rincones maravillosos que ofrece el Cigarral.
El personal siempre fue súper atento, especialmente Javier y Sara, y obviamente nuestro maitre. Organizar la boda desde Barcelona fue sencillo gracias a su ayuda, comprensión y sus siempre adecuados consejos Sólo 24h antes de la boda tuvimos que cambiar la zona de la ceremonia ya que pronosticaban lluvia… Creednos que fue uno de los momentos más estresantes, pero Javier nos ayudó muchísimo a tranquilizarnos y respetó y apoyó nuestra decisión desde el minuto cero!
Y cuando llegó el día de la boda… ¡Pablo y yo sólo recordamos que disfrutamos como NUNCA! Una de nuestras prioridades en la boda era poder ser nosotros mismos y llevarnos el mejor recuerdo posible. Y realmente fue así: estuvimos tranquilos, disfrutando, bailando, comiendo, hablando con todos los invitados… Ni en nuestros mejores sueños habíamos planeado que todo saliera tan genial. Sin todos ellos no habría sido posible, estuvieron allí para todo “sin estar”, discretos pero atentos a que todo saliera PERFECTO.
Siendo honestos, hubo un par de cosillas que nos habría gustado que fueran diferentes: en primer lugar, el DJ, que no siguió muchas de nuestras indicaciones y puso canciones que no queríamos, mientras que no pinchó otras imprescindibles que le habíamos pedido previamente. Por otro lado, algunos invitados perdieron el detalle que regalamos porque recogieron las mesas justo después de la comida “sin avisar” cuando ya habíamos pasado a la zona de fiesta, y al ir a recogerlo ya no estaba.
Por el resto, todo estupendo. Ojalá pudiéramos repetir ese día mañana mismo. Fue TOP.