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Nuestra boda se realizó en el peor fin de semana de la pandemia, y el gobierno instauró un toque de queda desde el medio día. Creo que sin la experiencia de Nelson (el propietario de Botswana) todo se hubiera cancelado. Sin embargo Nelson logró en tiempo récord los seis permisos gubernamentales que necesitábamos para realizar el evento hasta la media noche, todo gracias a que Botswana es un lugar habilitado y cumple con los protocolos de bioseguridad por lo que pueden tener la tranquilidad de que todo saldrá bien, si están en sus manos.

Desde los preparativos Nelson estuvo muy pendiente de nosotros; desde Bogotá siempre nos sentimos acompañados y guiados en todo el proceso, y lo mejor es que el equipo de Botswana se ocupó de todo lo que necesitábamos.

Nuestra boda se realizó en la Iglesia San Pedro, en donde tuvimos una decoración hermosa sumado a unos músicos muy talentosos. En Botswana nuestra ceremonia de arenas fue muy especial, con un atardecer muy bello y las luces de la huppa le dieron el toque mágico al momento. La decoración de la recepción fue muy linda y la comida muy deliciosa, todos mis invitados quedaron encantados con la atención. Creo que las fotos no le hacen justicia a lo lindo que se veía todo y el amor que se siente en el ambiente.

Con esta reseña espero motivar a más parejas a que den el sí por este lugar que realmente recomiendo con los ojos cerrados. Nelson toma cada matrimonio con el profesionalismo que se necesita y hace con su equipo que cada boda sea única y maravillosa. Gracias Nelson y a todo el equipo de Botswana por hacernos inmensamente felices ese día y ayudarnos a cumplir nuestro sueño. Dios los bendiga.